En los últimos seis años he perdido a mi madre y a mi padre. Ahora, en mi papel de hijo mayor desagradecido que siempre usó las obligaciones laborales para excusar sus largas ausencias, me invade el pesar: “Si hubiera sido más....”, “¿Por qué les dije eso?” STILL WALKING se basa en los pesares que todos compartimos.

En está película no hay tormentas. Tan solo el “antes” y el “después” de los dramáticos acontecimientos que se descubren poco a poco. En otras palabras, me he centrado en las premoniciones y en las revelaciones de la vida, porque creo que es aquí donde puede encontrarse la esencia de la vida.
Ya que STILL WALKING nació a partir del pesar, me empeñé en que fuera una película llena de vida. En vez de enseñar cómo se encaminaron mis padres hacia la muerte, preferí capturar un momento de vida, y envolver en ese momento todas las ambigüedades de la memoria familiar. Como las fotos de un álbum.
A pesar de ser una película de ficción, me basé en la personalidad de mi madre y en su forma de hablar para la madre del protagonista. Quería hacer una película en la que reconociera a mi madre. No quería llorar su pérdida, sino volver a reír con ella. Así nació este largometraje.
En esta película, más que en cualquier otra, creo que he conseguido retratar a las personas y su comportamiento de una forma específica y matizada. Y si realmente he podido hacerlo es gracias a mi padre y, sobre todo, a mi madre.
Hirokazu Kore-eda
Hirokazu Kore-eda
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